Santiago
es una ciudad enorme (unos 7 millones de habitantes) pero, al igual que os comenté con Buenos Aires, muy a la europea y sin mucha personalidad. Es sorprendente que una ciudad tan grande tenga tan poca cosa interesante para un turista. Me había comentado ya mucha gente que con dos días me llegaba y sobraba para conocerla, y así fue, he estado 3 días y han sido suficientes. Aún así tiene lugares recomendables y todos a poca distancia entre sí por lo que se mueve uno caminando de una manera fácil porque es muy llana.En el
centro se puede encontrar uno con el Palacio de la Moneda, la antigua casa presidencial, o con la Plaza de Armas, donde hay un enorme bullicio de gente a todas horas con artistas, predicadores, charlatanes, vendedores,... te podrías pasar ahí todo un día sólo observando a la gente pasar y viendo los maravillosos edificios que rodean la plaza. También visité el museo de arte precolombino, donde se reconstruye, de forma muy interesante, la historia de América anterior a la llegada de los conquistadores. Luego está la parte moderna que es como la de cualquier otra ciudad, curioso es el edificio de Telefónica, que imita a un teléfono móvil.En
el Palacio de la Moneda observé algo digno de contar. Coincidí con el cambio de guardia del Palacio por casualidad y allí me quedé como un turista más, observando las maniobras militares acompañadas de una orquesta militar. En medio de la ceremonia la orquesta empezó a tocar ciertos "clásicos populares" cuando
de repente entona las notas de "We are the world, we are the children..." pero ¿cómo se atreven? ¿aún pretenden convencernos que la misión del ejército es salvar a los niñitos del hambre? Y a todo esto el ejército chileno, con un pasado de lo más "limpio" y aún con cierto tufo pinochetista,... lo único que me quedó fue descojonarme de risa, ¿qué otra cosa podía hacer?Lo que
más me gustó de la ciudad fueron los Cerros Santa Cristobal y Santa Lucía. Desde el primero, al que se sube en
funicular, se tiene una perspectiva alucinante de la ciudad, que parece que no acaba nunca, ¡¡¡es enorme!!! y está coronado por la estatua de la Virgen, muy a lo Corcovado de Río, incluso ambos de un estilo similar.
Por otro lado, el cerro Santa Lucía no es tan alto pero también tiene unas buenas vistas de la ciudad, pero más cercanas que las de Santa Cristobal. Está muy bonito y me recordó un poco al Parque Güell de Barna, salvando las distancias, claro. Desde ambos cerros pude ver dos puestas de sol maravillosas, que podéis ver en las fotos.


Algo curioso es que aquí la mayoría de los estudiantes preuniversitarios van de uniforme por lo que las calles están llenas de ellos, pero más curioso todavía es que tienen prohibida la entrada a muchos lugares, como tiendas o a los cerros que os comenté antes. Es una ley un poco estúpida porque no tienen prohibidas esas mismas cosas si van vestidos de calle, es decir, no restringe por edad,que aún tendría algo de lógica (o ninguna) o en horario escolar sino sólo si van de uniforme (¿¿¿¿????), es decir, van a su casa, se cambian y ya pueden saltarse la norma.
(vídeo añadido al finalizar el viaje)
Dejando
Santiago llegué a Valparaíso a pasar un par de días. Me recibió una ciudad con un puerto muy importante que ocupa todo su litoral, muy caótica, llena de cuestas,... ¿os suena de algo? Creo que es innegable
decir que lo de la foto parece un calco de Vigo, no? Eso sí, Valpa tiene ascensores para evitar las cuestas, una especie de funiculares que por un módico precio te ahorran unos cuantos sudores (a lo mejor nuestro alcalde copia la idea para un nuevo proyecto "virtual", jeje)

Esta ciudad sí que está llena de encanto y de personalidad, ¿qué hay que hacer en Valparaíso? pues callejear, callejear y callejear, perdiéndose en cada momento entre callejuelas, pasadizos, callejones sin salida. Se van descubriendo sitios perdidos alucinantes en los que no se puede parar de sacar fotos


Además, es una ciudad con un toque muy bohemio y con gran agitación cultural. De hecho aquí vivió mucho tiempo Pablo Neruda y muchos otros artistas que la conviertieron en el Montmartre chileno. Yo, dejándome influír por este ambiente cultureta me fuí a un centro cultural en el que había un ciclo de Fellini para ver "Amarcord" (alias "chupa, chupa, no soples" jajaj)


Y con esto me despido de Sudamérica. He llegado al ecuador de mi viaje y ahora me adentro en la parte más desconocida y exótica de mi itinerario (cómo me apetece), mañana vuelo a Isla de Pascua para luego ir a Tahití, Nueva Zelanda (mi sueño viajero de siempre) y Australia. Espero que las cosas me vayan igual o mejor que hasta ahora, ya sería todo un logro!!!!
Besos y abrazos a tod@s
Javier
PD: en cuanto llegué a Santiago con el calor me empezó a picar la barba, así que hubo que deshacerse de ella pero por hacer un poco el conas (y porque no se me ocurrió otra cosa mejor que hacer) me dejé la perilla, así que ahí tenéis mi nuevo look de intelectual jajajaj



































