jueves, 4 de octubre de 2007

Buenos Aires (II)

Paso a comentar los últimos días pasados en Buenos Aires en los que, como veréis, no hay demasiado que contar.



Al día siguiente hicimos una excursión diaria a un pueblo a unos 100 km de BA llamado San Antonio de Areco, situado ya en plena Pampa. Un pueblo muy tranquilo y bonito conocido como uno de los lugares típicos de la cultura gaucha. La verdad es que de gauchos poco vimos, a no ser el museo Gauchesco, un bonito lugar en una antigua hacienda y donde se reconstruye un poco la vida de los gauchos con objetos y tratando de reproducir su forma de vivir. Por lo demás, caminar un poco por el pueblo y al borde del río, por donde se respiraba, sobre todo, tranquilidad.



Al día siguiente nos vino el primer contratiempo meteorológico del viaje pues no paró de llover y no hicimos nada, todo el día en el hotel e intentamos ir a un museo que nos habían recomendado, llegamos allí y estaba cerrado, así que para una cosa que intentamos,.... Viendo la previsión meteorológica para el día siguiente en la que había alerta por mal tiempo decidimos adelantar nuestra salida de BA hacia Bariloche un día, a pesar de perdernos en BA la excursión en tren a Tigre en donde se coge después un barquito por el río, que nos habían dicho que era muy interesante. Así que un día menos en BA y uno más en Bariloche, donde ya nos encontramos.



No os comenté en el anterior post que una de las cosas más positivas para cualquiera que viaje a BA (y Argentina en general) son los precios, realmente esto es muy barato y hace que te conviertas, sin buscarlo mucho, en un comprador compulsivo. Yo no he comprado casi nada porque, ya sabéis, no soy de los de comprar mucho y además mi equipaje va muy ajustado para el resto del viaje pero mi madre en un par de ocasiones ha emulado a los españoles "give me two" de hace ya unos cuantos años que visitaban NY para ir sólo a comprar.



No quiero despedirme de BA sin mandarle un beso muy grande a Carolina, una amiga porteña que se ha portado de maravilla conmigo y ha sido una excelente anfitriona, además de permitirme desconectar un poco de la compañía materna (mami, es una broma jajaja) y también a Mercedes y Papo, amigos de Caro, con los que compartí una cena muy agradable. Ya sabéis, si cruzáis el oceano seréis bien recibidos.




Y como decía el famoso tango:

Mi Buenos Aires querido
cuando yo te vuelva a ver
no habrá más pena ni olvido

Besos y abrazos a tod@s

Javier

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Javier, estuve 40 días en Bs.As. viviendo en un apartamento en Palermo. Fui a aprender tango y me quedé enamorada de la ciudad. Grande muy grande. es cierto que a los de Bs.As. no le gusta el tango, lo consideran bajo, como aquí el flamenco hace 30 años, éste se ha revalorizado ahora y con el tango pasará lo mismo.
Si vas a Salta, cena en "La Casona del Molino" empanadillas salteñas y puedes viajar en el tren de las nubes o en el movitrack.